miércoles, mayo 25, 2011

Las adicciones
Reconozco y me declaro culpable de varias adicciones:

- La televisión. Me es imposible ignorar una pantalla. Si acaso lo logro es cuando en ella transmiten un partido de futbol. Fuera de eso, la televisión me emboba y me absorbe. No tengo tele en casa pero cuando visito a mis padres, sobre compenso lo que no he visto en semanas, dándome atracones de series, películas y caricaturas por horas enteras y hasta decir basta. No salto de canal en canal. Mi adicción dista mucho del gourmet. Para mí los comerciales son parte inevitable del platillo (no niego que prefiero que no estén incluidos en la programación pero no les hago el feo, de la misma manera que me como el brócoli con que está guarnecido un buen bife chorizo).

- El pan. Soy adicto a los carbohidratos. Nada me reconforta más que el pan dulce o salado. Puedo acabar, en una sentada con media docena de conchas, cuernitos, ladrillos, piedras, marquesotes, teleras o bolillos . Las hojaldras puedo excusarlas: les falta sustancia. O bien, me empaco tres paquetes de galletas (mis favoritas: Marías o de animalitos).

- El porno. No lo niego. Me avergüenza un poco pero me aguanto. Igual que con las adicciones anteriores, me lo dosifico de forma concienzuda pero me lo administro de manera constante. Tengo mis actrices y actores favoritos, mis situaciones fetiche. Al contrario de los conocedores, prefiero el porno de los finales de los ochentas y principio de los noventas (supongo que porque fue la época en que lo descubrí) que los “clásicos” de los setentas o el porno gonzo más reciente. Sí, soy fanático de algunas de las proverbiales rubias de silicona pero creo que además a mí se me conquista también por el oído.

- Un poco o un mucho relacionado con la adicción anterior, me reconozco voyer. Como un avaro o un yonqui atesoro las contadas situaciones en que he adivinado los jadeos en la habitación de junto en un hotel, de los vecinos en algún apartamento, o de algún compañero de piso. En esos momentos, la adrenalina me cabalga por el cuerpo, afino el oído para captar tanto como sea posible, al tiempo que me oculto para evitar, con mi presencia, la interrupción de su actividad. Hasta ahora esos momentos me los ha otorgado la casualidad. No soy de aquellos que merodean a la caza de la rendija ni espío en las ventanas ajenas, ni tampoco de quienes pagan gustosos por una sesión de sexo en vivo. El carácter casual e inesperado es, creo, lo más satisfactorio de mis contados “descubrimientos”.

lunes, mayo 23, 2011

Ellas
  • Ginger Lynn
  • Christy Cannyon
  • Victoria Paris
  • Ashlyn Gere
  • Tara Monroe
  • Madison Stone
  • Paula Price
  • Julia Ann
  • Anna Malle
  • Sydnee Steele
  • Jeanna Fine